A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
HABLO DE…LO QUE NO HE VISTO [Mi poema]
Agustín Mazzini [Poeta sugerido]New
MI POEMA... de medio pelo |
Hablo de lo pensado y que no he visto, Grito por mi y aquellos que no gritan, Y escribo, hasta el final, como aquí escribo e invito, sin saber lo que prescribo, |
Sigo sin saber qué hago aquí, para qué estoy, qué orientación tomar...pero sigo vivo.
MI POETA SUGERIDO: Agustín Mazzini
Bestias de la poesía II (la poesía es un fantasma solitario)
Con su máscara de canción,
su disfraz de grafiti,
sus sílabas de rap,
ella camina
por las pupilas del mundo.
Y aún así
el mundo no la reconoce.
Amanecer
Homenaje a Pere Gimferrer
Las imágenes de oro, los caballos
de la luz, el clavel que arde en el aire
carbonizado resplandece, nombra
los rubíes traslúcidos, sus gritos,
estrellas extenuadas y rendidas.
Centellean las sombras relucientes
del tiempo, los metales luminosos,
y en el capó de los autos azules
la claridad del día es un relámpago
estallando en silencio. El mar alza
su corazón llameante, sus banderas
(esto es como un teatro, como un cine),
su boca carmesí brilla en las ruinas
del bosque del pasado y el presente
toca con guantes de seda muy blanca
los ojos de la muerte, el cristal.
Prólogo
Este libro se recordará como el cajón pequeño
donde el autor guardó las manos que desordenaban
su vida.
Su corazón oscuro dice “en estas páginas
una casa se derrumba, un perro ladra
para espantar su propio reflejo de la pared”.
El mensaje viaja rendido en una botella:
la palabra siempre es la marea.
Hijo
Para Martha
Mamá,
el agua del sin sentido diluyó nuestros sueños.
El agua donde se refleja un niño que tiembla y adora
a los muertos que le presentabas en las fotografías.
Ahora, su sangre entra en mi sangre
como todo el cielo en los libros más hermosos.
Mamá, te estoy llamando
desde una piedra tallada por el dolor.
La noche entró en mi casa
…y ni la música de Amy Winehouse la pudo apagar
En mi casa, la noche
crece como una sombra que entra a los huesos del
corazón.
Se arrastra por un mundo vacío con un deseo de
claridad
que piensa en los cuadros de Vladimir Kush
(ahí, las mariposas son manzanas partidas al medio).
Como un caballo negro galopa la noche.
Viene cuando Amy Winehouse está cantando;
de sus tatuajes escapan flores de jazz
que se mezclan con los fantasmas
de la habitación.
La escena es absorbida por un gran pozo ciego.
El milagro
es que no necesito que suceda nada más
para que algo suceda.
Revisiones
Veintitrés años caen como veintitrés gotas a un vaso
que amenaza con reventar pero nunca se rompe.
Un mar de fuego se agita ahí, naufragios de besos,
casas a la intemperie del amor agarrado a sí mismo
mientras pregunto ¿qué es el tiempo sino una espera
larga, silenciosa igual a las camas de los hospitales?
Números quebrados que se juntan al final del día.
Despojos de paciencia sobre papeles en blanco.
Llanto de ser lo que nunca termina de sernos.
Un espejo que desea ser alguien más.
Eso es el tiempo, veintitrés años.
MI POETA INVITADA: Lucía Emmanuel
Aita y ama roncan al otro lado del pasillo.
Yo cuento estrellas, fluorescencias,
mi cama el globo que vuela en la oscuridad.
Aita y ama roncan más allá de mi puerta.
Travesía de manos pequeñas,
pies fríos y lunares en los brazos.
Aita y ama roncan en su habitación.
Yo cuento estrellas, fluorescencias.
Aita y ama roncan y cierro los ojos.
A veces tengo miedo de morir.
Mi mano de marte,
ancha, sin pose.
Dice que abra la palma y adelante el dedo corazón,
como si sujetase un taco de papel contra el índice.
Se baila con tacos de papel invisibles entre los dedos,
se baila formando cuencos de aire con las manos.
Mi mano de venus
si el corazón se adelanta
y le hace hueco al aire.