TU NOMBRE: MARTINA [Mi poema]
Ana Isabel Illueca [Poeta sugerido]
Ana Isabel Illueca [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
¿Cómo te llamas, niña dime cómo Más dulce que el libar la miel de flores, Metidos que ya estamos en harina, |
Ese es el nombre de una de mis nietas. Un acróstico es una composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o una locución. Por extensión se llama también acróstico a la palabra o locución formada por esas letras.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Ana Isabel Illueca
Arribo
Era un pequeño dios
terso y lozano.
¿Mi primer hijo?…
¿El último bebé
de un aguinaldo?…
Era un pequeño dios
que vino al mundo
para ser de su madre
el soberano.
Flor Simbólica
A la Flor del Espíritu Santo,
flor nacional
Eres flor o eres ave
que entre la fronda umbría
con rayos de la luna
y espumas de la mar,
construyó tan fantástica
y pura alegoría
para incubar ensueño
en nido sin igual?. . .
Eres flor o eres ave?. . .
De los frutos te nutres
o jugos de la tierra
corren por tus canales. . .
aromas la espesura
o trinas en los árboles. . .
te embelleces con pétalos
o con plumones suaves. . .
Maga flor de mis selvas:
entre el verde ramaje,
escondida en los bosques
sombríos y tropicales,
surgiste a la existencia
con lumbre de celajes,
con blancura de espuma
y aroma de follajes. . .
Una aureola de luces
diáfanas y brillantes
como el nácar que esconden
nuestros límpidos mares,
forman tu alba corola
donde anida la grácil
paloma del Espíritu
Santo, de alas frágiles.
Flor simbólica: eres
en los sacros altares
de mi patria querida,
la mensajera amante
que trae hasta nuestro suelo
mensajes celestiales. . .
sólo aquí tú floreces
como en justo homenaje
a una tierra que sabe
cumplir misiones grandes.
Entre todas, el Istmo
te aclama soberana,
capaz de cobijarnos
bajo tus níveas alas
cual lo hacen las bravías
y gigantescas masas
que con canción de olas
aduermen nuestras playas.
Flor del Sagrado Espíritu;
orquídea inmaculada:
desde los bosques vírgenes
que cubren las montañas
continúa prodigándonos
tus corolas de nácar,
en donde se ha alojado
esa paloma blanca
que incuba los destinos
de nuestra patria amada.
Saloma
Como un lamento lejano
resuena entre los peñascos
la voz que se hace sollozo
para decir su quebranto.
Como el bramido del toro
que ve la muerte a su paso;
como el llanto de los niños
que quedaron en el rancho;
y como el venado herido
que los perros van husmeando;
así rasgó la saloma
todos los montes y llanos
y se fue hacia los confines
como un lamento lejano.
Se encrespa entre los machetes
que el ejido va limpiando;
hace cabriolas y pasa
con el viento por los árboles;
abanica con sus sones
todo el verdor de los pastos;
se mece entre los ciruelos
y las ramas del guayabo;
y cuando baja hasta el río,
resuena entre los peñascos.
Es estímulo en la junta;
en el embarre, alborozo;
clarinada de alegría
en el tambor bullicioso.
En las siembras de los campos
es lenguaje entre los mozos.
Y cuando el dolor les hinca
su colmillo doloroso,
se retuerce en su garganta
la voz que se hace sollozo.
Saloma . . .Saloma tienes
Sabor amargo de llanto. . .
Alegría pasajera
en los momentos gozados;
pero hay una honda tristeza
en tu sonido quebrado:
el dolor que hay en la vida
del campesino olvidado
que saloma adolorido
para decir su quebranto.
Mi Pollera
No me pidas
ni sedas ni gasas
para ornar esta noche
mi talle…
noche de carnaval…
¿Qué panameña
reemplaza su pollera
por un traje?…
Mi pollera!…
Tú sabes,
yo la hice
con delgados olanes,
donde el encaje
a punto de “mundillo”
una abuela
tejió con manos hábiles;
y luego a los arrullos
de la tarde,
con la aguja enhebrada
en tonos suaves,
marcamos
en la blusa y en la enagua,
las hojas y la flor
de los maizales.
Tú no sabes
la gracia que ella pone
cuando ciñe mi talle
ni el rubor
que se siente en las espaldas
al roce del encaje
que recogen
los hilos de la lana
en bombas circulares.
Ni has visto mis zapatos:
estuchitos de raso
que cobijan
mis pies chicos y ágiles
cual los de las mujeres tropicales.
Mi cabeza es la noche:
en ella cual estrellas,
titilan los tembleques luminosos
desde el negro
azabache de mis trenzas
que sujetan,
dobladas en la nuca
las doradas peinetas.
Y frente a las orejas,
como dos rosas blancas,
asoman las “mosquetas”
que engalanan la cara;
mientras al cuello penden
el rosario de perlas
o el collar
de escuditos coronados
de épocas añejas…
cuando el oro
corría como fuente
por las colonias
plenas de leyendas…
Deja que me atavíe
con mi hermosa pollera;
y que vaya
a cantarte una tonada
allá en la rueda
donde se oyen “pujar”
los “tamboritos”
y la “caja” parlera
que recuerda,
en su rítmico sonido,
los cholos asoleados de mi tierra;
y mientras palmotean
y corean mi canto las morenas,
yo saldré
con el mozo más fornido
al centro de la rueda,
a bailar
la tonada más sentida
de mi patria pequeña;
y al ritmo
de los aires nacionales
de la tierruca istmeña,
mientras hacen
mis pies mil filigranas
al son de sus cadencias,
se abrirá cual dos alas,
mi pollera
que desquite con garbo
la lluvia de sombreros
y monedas.
No me pidas
que cambie mi vestuario
por gasas ni por sedas.
Ninguna panameña
cambiaría
por nada, su pollera.
Patria
Patria mía: Tú no eres el recuerdo.
Eres la realidad clara y escueta
de una tierra horadada en sus entrañas
sin permiso a poner sobre esa grieta
la gasa tricolor de su bandera.
Estás aquí, pletórica de penas,
déjame oír tu queja en la saloma
desde los montes y las sementeras,
donde en tonadas y entre socavones
derrama el campesino sus endechas.
Estás en las estatuas de los próceres
que te hicieron surgir radiante y bella;
en el grito de reto de los jóvenes,
en la voz de los niños de la escuela;
y en el coraje de las panameñas.
Estás en la campiña interiorana
que espera redención para sus tierras;
en la mansión de gente adinerada;
en el cuarto mordido de miseria
y en la ciudad que se levanta enhiesta.
Y aunque eres pequeñita, tú eres grande
a pesar de que un istmo representas;
porque uniendo las costas de dos mares
tu canal es un lazo hecho de piedra
que a los pueblos del orbe los acerca.
Serás grande a través del patriotismo
de los hijos nacidos en tu predio.
No tendrás más caínes que te hieran
con palabras falaces ni con yerros,
ni judas que te vendan por dinero.
Serás grande a través del patriotismo
de los hijos nacidos en tu predio,
porque la juventud tiene tu Istmo
incrustado en las fibras de sus nervios
y sabrá a toda costa defenderlo.
Serás grande porque hemos de empinarte
con el valor que siempre da el derecho,
más allá de la fuerza y la potencia
que quiere socavar ideales viejos.
Más allá de la fuerza están los hechos!
Patria mía: pequeña cual orquídea
que incuba tus ideales en su seno,
y grande en los anhelos que se incuban
con ardiente fervor entre los pechos
de todos los que somos panameños.
Patria mía: Tú no eres el recuerdo.
Eres la realidad clara y escueta
de una tierra horadada en sus entrañas
sin permiso a poner sobre su grieta
la gasa tricolor de su bandera.
MI POETA INVITADO: Edith Galarza
Buma
en la gélida noche de la infancia
las comadrejas me atacan y quisiera
no tener este cuerpo, ningún cuerpo
yo quiero ir a ese lugar sin tiempo
volver a buscar a la niña
nadie la ayudó, pobre mi niña, tampoco yo
me mira oscura
los brazos le cuelgan como serpientes muertas
no, no me busques dice, me hundo
cada noche me visita
en el patio en penumbras de la casa
esa niña soy yo y siempre llueve, siempre llueve
el agua sobre su cara deslizándose por los orificios de la nariz
entrando a su boca, saliendo de su boca y ella no intenta nada
que niña tan callada dicen
yo ya estaba muerta y era el mármol, mi infancia en un lugar
el silencio me asfixia, no hay palabra que pueda
acomodarse a mi boca, pero puedo escribir
ni la carne, ni los huesos, les dirán algo de mí
no soy esto que se pudre ni mi fecha de nacimiento
nadie pudo conocerme en esta vida
y si hubo un milagro fue el de tus piernas
entre poemas amor mío, tu lengua
nada será más perfecto, un orgasmo eterno
muerte mía, tanto te he buscado
toda la vida estuve esperándote y aquí estabas.
(*) Buma en idish significa “flor”, así llamaba la familia a Alejandra Flora Pizarnik.
Mi hermano del medio hace anuncios en la cena
mamá papá
tengo novio
lo dijo
y una bomba
cayó sobre la fuente de la ensalada
fragmentos de tomate
lechuga
remolacha
huevo duro
zanahoria
aros de cebolla
salieron disparados
sobre nosotros
los comensales
sobre mamá
papá
las tías
el abuelo
mi hermano mayor
y sobre mí
quedamos de pronto
atónitos
se hizo un silencio
que solo tuvo fin
cuando nos vimos
multicolores
y nos pusimos a reír
y la abuela destapó un vino
llenó las copas y brindamos.
Tuya
¿cuándo fue que nos vimos?
en qué verso
en qué palabra nunca hallada
en qué dolor
cómo fue
que en la risa breve de mi boca
se abrió la tuya.
Editorial El Punto Táctil