TODAVÍA TE BUSCO [Mi poema]
Hernán Miranda Casanova [Poeta sugerido]
Hernán Miranda Casanova [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Todavía yo aun te busco y busco en vano, Y aunque pretenda encontrarte, te resistes Te busco mujer inteligente y bella, Y yo en ese altar te veo y no te veo, Mas si algún día quisieras acercarte |
Durante la vida, igual que estamos buscando la piedra filosofal o las pruebas de la existencia de dios, no paramos de buscar la belleza de la mujer ideal.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Hernán Miranda Casanova
EL TIEMPO ES UN SEVERO FISCAL AGAZAPADO ENTRE LAS RUINAS
Algún día uno retornará al lugar
donde cometió su crimen
o al sitio en que su infancia ha transcurrido
Se cruza entonces temblando el umbral
que separa a cada cual de su propio pasado
Y uno va mirando azorado en una y otra dirección
Una poderosa fuerza lo va impeliendo
siempre adelante
Uno teme que alguien se asome por una ventana
Que alguna anciana escoba en mano
lo señale excitada con el dedo
y clame a gritos pidiendo atrapar al forajido
Todo mortal está condenado a retornar un día
allí donde el tiempo es un severo fiscal
agazapado entre las ruinas.
TODO ENCAJA EN TODO ARMONIOSAMENTE
El macho encaja en la hembra y la hembra en el macho
tal como el cuchillo encaja en los labios de la herida sangrante
y el árbol de corteza arrugada en el paisaje que lo rodea.
Cada palabra encaja como un rompecabezas dentro de lo conversado
así como una mirada encaja entre otras miradas
o la columna atacante en el espacio del enemigo
que se repliega a duras penas.
El extremo oriental del Brasil encaja en la costa occidental de África
y el cuerpo del atormentado en el instrumento que lo lacera
la mano del ladrón con su presa.
El vuelo de un pájaro y la caída de un pájaro encajan
y el fusilado en las balas que lo perforan
y el niño en su madre
y una boca que besa en otra boca que devuelve el beso.
La línea quebrada de las montañas encaja en la línea quebrada
del cielo que hay sobre las montañas.
El río encaja en su cauce
el mar en su lecho cóncavo
y en su cuenca el ojo lloroso y la llave en la cerradura.
Todo encaja con todo
y no parece tarea fácil desligarse de este designio.
Cómo separar al muerto de su ataúd
o la partida del viajero de su regreso.
Todo se relaciona con todo
y hasta el que se esconde en una isla solitaria
encaja como un alfiler en la solapa del olvido.
Cada cosa se disuelve dentro de otra
y hasta “el camino de subida es el mismo camino de bajada”.
Al poema le es dado envolverlo todo,
evidenciar las relaciones que hacen posible
la armonía del caos.
VOY AL BAÑO A MEDIANOCHE
Voy al baño a medianoche
y dos o tres cucarachas huyen a esconderse
Una de ellas se queda a medio camino
y se las arregla, negra y reluciente,
para simular que está escondida
inmóvil en un resquicio
Yo también simulo que no la veo
Y actúo para ella representando mi papel
“No te preocupes (le digo al retirarme). Sé
lo que es ser sorprendido en medio de la noche,
sé lo que es vivir en peligro amenazado siempre por el poder”.
DORALISA SE LANZÓ BAJO EL TREN DE LAS 14
Yo sé que tú eres la misma de hace 20 años, Doralisa,
y que nada ha cambiado para ti, para nosotros,
que habías de etenizar tu juventud y mi niñez
en ese dia y esa hora -las 14.
Esparcida sobre lucientes rieles te recuerdo, Doralisa,
derramada entre dedales-de-oro en flor
(Fue en Primavera no es cierto, Doralisa?)
Y qué blanco tu cuerpo, qué blanca, Doralisa,
y tu cabellera negra enrollándodose
y desenrollándose a1 viento entre las yerbas.
Y tu cuerpo, Doralisa,
desperdigado sin orden ni sentido
como si hubieras querido hacer de ti misma un enigma
que nadie pudiera descifrar debidamente.
Ah Doralisa, Doralisa,
eres pare mi un recuerdo despedazado
que debo empezar e armar pacientemente
-un ojo junto a otro ojo,
una pierna y la otra juntamente
y tus senos y tus manos y tu cabelllera sobre todo
y tus pies desnudos sobre la tierra.
Y yo te armo, Doralisa, compongo tu figura
y me llegas intacta a la memoria.
Y enseguida te desarmo, te deposito en tierra,
te disperso,
porque tú eres un recuerdo que vive en mi, Doralisa,
y que no me pertenece.
“A NADIE DARÉ UNA DROGA MORTAL…”
Aquí estoy solo con mis pócimas, mis escalpelos,
mis uñas rotas, mis salpicaduras.
Aquí con mi intranquila conciencia.
Aquí con mi mundo perturbado.
Aquí, con mi cadáver desnudo sobre el mármol
y el tiempo que aquí debería ser abolido.
Somos los mismos. Los que tuvimos un día
la capacidad de asombrarse.
Cartílagos sólo hay, sólo huesos.
Debo suturar desgarros que yo no produje.
Debo hacer coincidir las piezas de un cráneo.
Soy demasiado humano para vivir en paz.
Pero quién se sonreirá por ti algún día.
Pero quién repetirá después las cosas que tu dijiste.
Pero quién cometerá tus mismos errores.
Pero quién heredará tu desencanto.
Morirse pero contemplar tu propio funeral.
Pero huir y ser testigo de tu fuga.
Pero perderse y participar en tu propia búsqueda.
Pero se trata de estar aquí y en otras partes.
Pero yo soy un cirujano fiel a su juramento
y seguiré cortando tendones, removiendo las vísceras
sin lograr ver en ellas el futuro
y a nadie daré una droga mortal.