TE LLAMO II [Mi poema] Aurelio Pastori [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo |
Aunque yo te llamo, tú no me haces caso Quisiera arrimarme, decirte al oído Decir estos duelos ya vienen de antaño, Me amaste, te quise, me odiaste, te odié |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Aurelio Pastori
Pensar en el agua
Pensar en el agua
cayendo
desde el techo desvalido
(y hay que mover
la cama del niño)
Pensar en el agua
entrando
por abajo de la puerta
(la gente sale descalza
con sus pocas pertenencias)
Pensar en el agua
de los ahogados.
Y sin embargo
cerrar los ojos
acercar los labios
que siempre tendrán sed
y bebería.
Contaminación sonora
Hay tanto ruido
en la ciudad.
Tantas palabras que cruzan
como pedradas
destinadas a golpear
sin durar
a caer
para que alguien las recoja
y las arroje a su vez
en la batalla campal.
Tanto ruido
sobre los perseguidos.
Tanto ruido
y abismos
y personas en ellos
recogiendo el silencio
que los demás no usaron.
Abismos.
Seis y media de la tarde
Demasiada energía
en esta declinación
demasiado esperar
aún
y el día de desvanece.
No es hora para escribir.
Se sospecha
que alguna noticia
nos mostrará
las diferencias
o las claves
que las calles de la ciudad
guardan
la sorpresa
para el final
que los amigos olvidaron decir algo
y quieren decirlo justo ahora.
Queda luz todavía
o son las luces
de la vigilia.
Apagón
Antes la noche era así
era de otro
de alguien
anterior
y nosotros
éramos vacilantes
como las sombras
cuando el fuego
alumbra.
Volverá la luz.
Volveremos
a ser de hoy
a movernos
en la claridad
y en la vida
con salud
sin estorbos
con una sombra nítida y fría
que ahora no vacila.
Un amigo murió en un accidente
Cambiar
esos fragmentos
por el segundo fatal
cambiar
esos plazos
esa paciencia indefinida
que logra días exactos
cambiar esperanzas
ya irreconocibles
(o algunas horas
vaciadas
frente al televisor)
cambiar las largas esperas
o la impaciencia
o el tedio
sumar y sumar tiempo
contra un segundo
y el segundo puede más.
Sermón de los diez años
Ya no se aleja más.
Su retrato en la pared
no retrocede.
Su recuerdo diferente
parece un fondo musical.
Los de este lado
nos abrazamos.
Cosas hay
que nos permiten
amar a todos
todavía.
El tiempo
sigue trayendo
bellos rostros.
Cada secreto
tendrá quién lo dibuje
o lo diga.
Sucedemos
y esta suerte
nos deja sentir
las dos alegrías
las dos vertientes:
el salto
de los enamorados
del aire
por un lado
y la música de la sombra
paralela.
El águila cercana
Estatua
de sí
sobre el poste de teléfono
el águila espera
sin presas
al apereá
que vive al borde
de la carretera.
En los campos
marcados por el hombre
comidos por la oveja
quedan pocos roedores.
Es inútil planear
majestuosa y visual
sobre lo enorme.
Vale más
con humildad
parada sobre el poste
esperar
lo que le toque
ahora (que ya es después).
Las palabras
intocables
van dejando de viajar
a través
de cables
y pronto el obsoleto
teléfono a magneto
y su poste
no van a existir más.
El águila descenderá.
Silenciosa y esperando
se posará en el alambrado.
Cada vez más cerca del suelo.
Cada vez menos diferente
de su alimento.
Cantera de las estatuas
Aquí la piedra
que ya pensó
y se sobrevive.
Allá el opuesto:
el océano
inflexible
sosteniendo
la mirada del moai.
El duelo
que los enfrenta
es el silencio.
Uno callará más.
Pasa como las aves el viajero.
Rano Raraku.
Isla de Pascua
MI POETA INVITADA: Roberto Ortiz Abreu
Dame la demencia de la luz
Dame el espejo quebrado
La sombra
El amargo dulzor de la boca
Las garras del polvo
La espera desvanecida de los pobres
La sangre el perdón
El secreto sagrado del tormento
Dame unas cuantas palabras
Y un poco de aliento en tu negada muerte
Dame la desesperante espera de la espera
Tras torpes cortinas tricolores
Un albor desvelado y efímero
Sangrienta respiración
El pozo donde la tormenta acontece
Un camino de lentas espinas
En la brevedad del agua y el infortunio
Sombra de Pizarnik
Pizarnik azul y muerte
La partícula de la condesa derramada y extinta
Tú eres la arpía
La espina del corazón en la arena
Villana de luz
Vertiginosamente escondida
En la penumbra de las ciudades nocturnas
Encadenada
Virgen y harapienta
En todo el negro del paisaje
Sortija del musgo y la lascivia
Esfinges sepultadas
Ebrio talismán
De tentaciones y cobardías
Tragedias y epitafios
De horrendos caracoles dormidos
Editora Buho