A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
POEMA AL AMOR INCOMBUSTIBLE [Mi poema]
Alfredo Chacón [Poeta sugerido]
¡Descubre, sigue y comenta haciendo click en el botón de la izquierda!
MI POEMA... de medio pelo |
Al alba se marchó y aquí yo espero, Se fue sin hacer ruido, de puntillas, Lo supe porque el viento que pasaba Y es hoy en que aquel tiempo queda lejos |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Alfredo Chacón
LLAMADO
Ven mujer
vámonos
hacia nosotros.
LLAMADO 2
Vuelve a ser
tu ausencia repentina.
Decídete a empezar
por mí
donde nunca te busco
y siempre estoy.
LLAMADO 3
Lancemos al camino
sólo presentido
el paso que pueda conducirnos
hasta el principio del camino
hacia la andanza
presentida.
Es sólo eso,
pero
eso
es todo.
Quiero hablarte, palabra,
ser tu voz
y que tú seas la palabra de mi voz.
Te convido a decir
seguro de que dices
pero no conmigo
sabiendo que yo digo
pero no contigo.
Te convido a decirnos.
La voz de un poeta
se escucha en la espesura
de todos los poemas
y se llama dicción.
La prueba de la existencia de un poeta
se encuentra
en la invención que hace su voz
de la palabra.
Como la voz de un poeta
no se puede escuchar
sino en una palabra
inventada por el silencio de esa voz,
tengo la prueba
de la existencia de un poeta
de la invención que él y yo hacemos
del poema
en la espesura de su voz.
Palabra instigadora
del rumor de mis límites,
carnada echada en cualquier parte
de mi mar sin fondo,
llegar a ti
por el trasluz de este pensar
en el que escribo,
es lo más que presumo.
Seguir contigo sería demasiado.
Ni tú ni yo
somos capaces
de soportar tanto apremio.
NADA MÍO
De pronto
yo en mí
al descampado y sólo en mí.
Desatado
conmigo
sin nada mío
sin distancia con nadie.
ESCUCHA Y SIÉNTEME
Deja que el canto que te hablo
borre su trazo y se desmaye
Persuádeme con tiempo para huir
del alborozo mortecino en que persistes
No transijas Convénceme de ti
De todos modos
pues que nada es lo mismo
acude junto a mí y déjame contigo
en el lugar donde acabas de oír
esta tonada.
sendero que se bifurca
labios lengua para lamer
jardines en la pierna qué ofrecimiento el de los senderos
quiero el círculo violáceo del pezón
pero es dos veces
bifurca la sed de mi saliva.
Nítida, tórrido
Nítida corriente tórrida, tórrido y nítido el afluente que se asoma, empuja, entra en la llanura roturada. llegado al punto de volver a partir y del viento ácido, con su lento huracán lastima la pústula terráquea más visible, el cráter inmediato, el camposanto. Se convierte en su propia cábala geológica.
Aquí
Adentro Ahí donde no se sabe
dónde es
dónde se encuentra dónde queda
cómo se llegó
Ahí es lo que llena Aquí es lo que se llena
Llenura de vapor de agua
oscuro al rozarla con sus límites
de rebote
hacia adentro
Extasiada
en los recodos que no ha tocado
agobiada
por su propio peso vacilante
henchida
de sí misma
desbordada
de impulsos de materia disuelta
de presencia hueca y hacinada adentro.
DEL RUMOR DE MIS LÍMITES.
Retraerse. Crujir
de frío y de calor afuera.
Volver a entrar
ahíto de intemperie.
Seguir en esta duración
sin historia
con sólo desgarrones y sabores,
premuras y albricias
que no llegan a ser
lo que se quiere refutar, acoger,
lograr que nos concierna.
Quiero hablarte, palabra,
ser tu voz
y que tú seas la palabra de mi voz.
Te convido a decir
seguro de que dices
pero no conmigo
sabiendo que yo digo
pero no contigo.
Te convido a decirnos.
Como en juego
disuélveme, perdóname,
dame tu absolución.
Sigue fingiéndome
entre tanto,
no abandones todavía
a mi apariencia.
Por el ahora se sabe
que a todos algún día
nos tocó decir
lo que sólo uno de nosotros dijo:
“Las cartas de amor que escribí en mi infancia
eran memoria de un futuro paraíso perdido”.
Homenaje a Juan Sánchez Peláez.
La voz de un poeta
se escucha en la espesura
de todos los poemas
y se llama dicción.
La prueba de la existencia de un poeta
se encuentra
en la invención que hace su voz
de la palabra.
Como la voz de un poeta
no se puede escuchar
sino en una palabra
inventada por el silencio de esa voz,
tengo la prueba
de la existencia de un poeta
de la invención que él y yo hacemos
del poema
en la espesura de su voz.
Para Alejandro Oliveros.
Cómplice, insalvable compañera
de mi culpa,
sigue siéndolo conmigo
y como si tu culpa fuese mi regalo.
¿Qué quieres
que yo no sea
otra cosa sino vista ciega
o que yo sea
la piel que te recubre y se estremece?
Con presencia
sin forma
el toque de la mano
insaciablemente sentida.
Palabra instigadora
del rumor de mis límites,
carnada echada en cualquier parte
de mi mar sin fondo,
llegar a ti
por el trasluz de este pensar
en el que escribo,
es lo más que presumo.
Seguir contigo sería demasiado.
Ni tú ni yo
somos capaces
de soportar tanto apremio.