ME DUELE ESPAÑA [Mi poema]
Pedro Rivera [Poeta sugerido]
Pedro Rivera [Poeta sugerido]
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MI POEMA… de medio pelo
Políticos españoles,
dirigentes provincianos,
esclavos de sus errores
que nosotros les pagamos.
Gentes sin norte, que conducido habéis a este país a la deriva
de un futuro incierto, sin siguiera dejarnos los sueños o esperanza,
desde aquí yo os declaro culpables hoy, desde este momento y mientras viva
por, sin piedad, habernos clavado en nuestros corazones una lanza.
Dictadorzuelos pasivos,
conseguidores de esclavos.
pervertidores de “amigos”
¡sólo amáis vuestros escaños!
¡Me duele España! ¿qué haría Unamuno si levantara la cabeza,
próceres del noventa y ocho, si supieran los dolos y traiciones?
¡Qué tal, si Maeztu, Baroja, Ortega o Pidal tuvieran la certeza
de vuestro vil comportamiento condenado a vivir sin ilusiones!
Creyentes de poca fe,
expertos en los amaños,
¿por qué, dios mio, por qué
a España hacéis tanto daño?
España diversa y siempre rica, de insidias curtida mas airosa,
tierra de hidalgos de historia, sin igual parangón en la Europa altiva,
en esa América que canta tus canciones, tu prosa poderosa,
responsables sois de la tragedia. España, a pesar vuestro, siempre y viva.
¡Qué pasa con esta España!
de líderes mentecatos
de gente esquiva y huraña,
salvo excepciones, ¡pacatos!
y sobre todo ¡cegatos!
©donaciano bueno
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Pedro Rivera
La niña enamorada,
La niña de mi escuela enamorada
del amor o del mar cuando solloza
se enreda con un mar de mariposa
o sale de las aguas enredada.
Llora a veces o sueña con un hada
tejiendo en el silencio alguna rosa
de un amor imposible que la acosa
o de un príncipe azul con una espada.
Calla la voz o el sueño que la sueña
y el desdén del amor que la desdeña
por no morir y por causarle daño.
La lanza de la vida no la toca
si su sueño infantil lleva a su boca
la no probada miel del desengaño.
Del libro: Despedida del hombre
La vieja ciudad,
La ciudad cabalga a la intemperie
con nomenclatura de pez o mariposa
a un lado de la costa donde los indígenas
antes acudían
a beber en la ubre de la palma
y confiscar las aglomeraciones
del pescado
en las tabernas del océano.
Una constelación de muros a nivel del mar
tejido regenerado en la edad del hombre
antigua piedra sostenida por la cal
campanario plaza frailes tatuados
por la cruz y el diezmo.
La gota indígena en la nube alta
la estirpe cobriza al escape
evaporada como agua de charco
la pluma
en el tronco hueco de la noche
atisba las edificaciones
y sabe de dioses conjurados por el vino
gustadores de metales y pájaros
y abundancias.
Los tributos metálicos cubren cuanto
la vista abarca
cuanto la sotana
extendida puede tocar.
Navieros conducen a las estaciones
del quilate
donde oro y oro espada y cruz
dan origen a las catequizaciones
de España.
Del libro: Los pájaros regresan de la niebla
Encuentro con la amada,
Todo mi amor no cabe en una copa
ni dentro de la piel de una pantera
no cabe en la montaña del silencio
ni en las ventanas de una flor abierta.
Todo mi amor no cabe en el espacio
ni en todos los pupitres de una escuela;
ni en la ubres heridas de la noche
ni en el olvido ni en la vida entera.
Todo mi amor no cabe en una mano
ni cabe en la rendija de una puerta.
Si las piedras del mundo se reuniesen
le faltarían las piedras a las piedras;
si se reunieran todas las palabras
para llenar mi casa solariega,
amada, faltarían todas las lunas
y también las palabras y las letras
porque todo el amor que te entregara
todo el amor del mundo no lo llena.
Tus senos se enredaron en mis uñas
como dos mariposas de madera,
atadura del alba y miel andina
cayendo de los labios de la abeja;
fuego adorado, lumbre de sollozo
sangrando de la sangre de la leña
e inunda los atardeceres lentos
y destruye la paz de las caderas.
En esta noche de horas olvidadas
nadie que me conozca ya recuerda
lo que era mi silencio de estudiante
y mi alma toda cicatrices viejas.
Recuerdo mi esperanza en el camino
andando a pie y sin dejar sus huellas
de la manera como el mar olvida
espuma de olvidar sobre la arena.
Sólo tus ojos tristemente azules
se pueden comparar con mi tristeza.
Eres la nueva casa del aroma,
la vida que me alcanza en el planeta,
lo ilimitado y simple de las hojas,
lo amable como el pan sobre la mesa.
Junto a ti puedo amar el agua, el pueblo
y las vidas que quedaron muertas;
el insondable sueño de los pobres
y el camino que se abre entre la hierba.
Esta mañana amor, amor te lleno
de la palabra amor en su violencia
y aunque todo el amor se te entregara
todo el amor del mundo no lo llena.
Del Libro:Despedida del hombre.
Los rostros que recuerdo,
El silencio establece su albedrío
en la mansión del sosegado puma.
El beso de un niño como un llanto
pastorea el corazón de la penumbra.
Resbala por las redes del planeta
una lágrima recién parida y pura
para que toda la alegría del mundo
duerma dormida en su pequeña cuna.
Un barco viaja en la agonía del pueblo
y por las calles van remando juntas
las manos de esperar, crucificadas,
y todo el corazón lleno de púas:
amanecer descalzo de sonrisas
y desbordantes alegrías en fuga
como si en toda el agua que yo remo
no hubiese sitio para más angustias.
Yo voy por un camino de recuerdos
de no acabar por no acabarse nunca
deshojando mis más viejas palabras,
antiguas, esqueléticas y duras.
Míos son los rostros y mías son las manos
mojadas con la lágrima nocturna.
Mías también son las piedras que en la noche
tiradas sobre el tiempo se preguntan
cuánto ha llorado el hombre en los caminos
y cuándo y cómo cesará su lucha
y por qué no envejecen sus cadenas
oxidan su metal o se derrumban.
Mis amigos me cuentan de sus novias
que olvidarán con las primeras lluvias.
Hablan de sus encuentros con la vida
y de cómo se llega con las uñas
rasgando no guitarras sino penas,
no páginas de amor sino de furias
a la solemne lámpara del tiempo
que exige guerra y dispone pugnas
a los hombres de América y Europa
y a los nacidos en la misma cuna.
La ruta de los vientos,
Panamá es el país más parecido
a la Rosa de los Vientos.
No es extraño que esto lo haya escrito un periodista
en una revista militar.
Es cierto:
sólo que, bajo la lupa, más bien parece
una gota de sangre derramada sobre el mapa.
Es un país que se construye de las cosas destruidas
No es dueño de sus mares ni de su espacio aéreo.
Tampoco es dueño de sus alegrías:
hasta los chistes nos llegan enlatados.
Es una ruta,
un punto de partida, la Rosa de los Vientos,
aunque a veces de la impresión de una risa estancada.
No tengo la menor idea de cómo son las islas en el golfo.
Los que han ido reclaman su belleza tartamuda.
Cuentan que el viento del sur silba entre las hojas.
Cuentan que el sol se desmaya en las noches
con el desdén de una muchacha.
Los cocoteros son como sexos que hacen gemir de gozo
la piel erizada de las islas.
Es el plato fuerte del turismo.
Panamá se abre en el mapa como la Rosa de los Vientos.
Se dice que es la cuna de los mejores jinetes del mundo.
Hemos dado al mundo muchos campeones mundiales de boxeo.
Tenemos un campeón bate en las mayores.
Somos gente orgullosa.
Casi tenemos orgullo de nuestros 200 mil analfabetas.
Con el tiempo – también con el Canal – Panamá es el país
más parecido a la Rosa de los Vientos.
El cobre de Chile por estas aguas pasa.
El petróleo de Venezuela por estas aguas pasa.
El estaño de Bolivia por estas aguas pasa.
A pesar de nosotros por esta tierra pasan los barcos artillados:
la dinamita que matará niños en todos los puntos del planeta.
Una entraña abierta al amor conduce las bombas al sudeste asiático.
Por aquí pasa la sangre de todos los pueblos explotados
el sufrimiento de todos los hombres de la tierra.
Esa sangre mancha nuestra propia sangre.
Del Libro: Libro de Parábolas