A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
EL AMOR TAL COMO SE PINTA [Mi poema]
Juan Benito Rodríguez Manzanares [Poeta sugerido]
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MI POEMA... de medio pelo |
Amar, como se cuenta, no he sabido Que amor es epitafio y es locura, Pues yo me puse un día a navegar Y es hoy en que se tiene que acabar, |
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Juan Benito Rodríguez Manzanares
Bendito Benedetti
(Poema en Rima Jotabé)
Tenía falta la literatura
de la pluma amable, crítica y pura,
de un amante que nos hizo entender
que para amar, papel no ha menester,
y que al conjugar el verbo querer,
ni una estrella azul debemos poseer.
¡Bendito Benedetti! Voz osada
que defendió de forma encarnizada,
el amor y la vida y la amargura…
y nos regaló el inmenso placer
de su fiel poesía enamorada.
Poeta uruguayo por su nación,
mundial siempre ha sido su proyección.
Pues aún con el alma comprometida,
en denunciar la maldad fratricida…
¿Cómo obviar el poema, Bienvenida?
Y su sensibilidad sin medida.
¡Bendito Benedetti! Voz viajera
que de Montevideo a la Albufera,
el aire ha impregnado de esa emoción,
que nunca a nadie pasa inadvertida,
y mi alma convirtió en su costalera.
¡A la mujer de mis sueños!
(Acróstico en Rima Jotabé)
Tiemblo nervioso como un colegial,
En presencia de tu cuerpo sensual,
Que quiebra sin remedio mi razón,
Ungiendo mis ganas a la sazón
Intensa y dulce de tu corazón,
Engastado con perlas de pasión.
Relucientes cual bella primavera,
Osada, perfumada y pinturera.
Amor de mi alma, sincero y jovial,
No me prives nunca de la emoción,
Alta y sana, de gritar por doquiera…
¡Hay que vivir, siempre vivir!
(Rima Jotabé)
Quise componer una poesía
que hablara de esperanza noche y día.
Que se alejara de los sueños rotos,
de políticos buscando los votos,
de santos, píos y un mar de devotos,
y de los hallazgos aún ignotos.
Y la esperanza se acercó y me dijo
que a mi lado tenía un buen cobijo
mas, la vida pasaba y no volvía
y hemos de vivir con los terremotos
buscando en ellos siempre un regocijo.
Blasco Ibáñez
(Cuartetos endecasíbos)
Blasco Ibáñez, escritor valenciano
de fina pluma y crítica mordaz,
que de una forma sutil y sagaz
con su acento de fiel republicano,
por entero hizo al mundo sucumbir
ante su inmensa personalidad,
y esa impecable originalidad
que lucía en su modo de escribir.
Pues ya fuera novela costumbrista
o se implicara en novela social,
con astucia y de manera cabal,
y con la finura de un alquimista,
a sus obras tocaba con su duende,
el duende de Blasco que en su interior
fusionaba intriga, celos y amor
y sin buscarlo, tu corazón prende.
Aunque pasen mil años, Blasco hermano
permanecerás vivo en la memoria,
pues una obra tan grande y tan notoria
nunca jamás podrá caer en vano.
Mi tributo al paisano y novelista
al político, empresario y amante,
a ese prohombre de espíritu errante,
al gran Blasco, de alma valencianista.
A Juan Ramón Jiménez
(Ovillejo)
Hoy, como un buen erudito
he escrito,
en ese lapsus de un evo
de nuevo,
una estrofa con gracejo,
ovillejo.
Pues aún con sabor a añejo
su rima he llegado a amar,
por eso quiero gritar…
¡he escrito un nuevo ovillejo!
A Juan Ramón Jiménez
(2 Jotabem)
¡Ay querido Juan Ramón!
Con respeto y emoción,
esta bella poesía
que nace del alma mía,
con mi mayor alegría
y en gratitud a porfía
hoy te quiero dedicar,
pues tú me enseñaste a amar
con extrema fruición
mientras que tu obra leía
en Valencia junto al mar.
Buen y fiel republicano
de fina hechura en la mano.
Que con arte y con salero,
letra a letra y con esmero,
le diste vida a Platero,
el cual, en el mundo entero,
sinónimo es de algodón
dulce y tierno cual bombón,
que en un tranquilo verano,
de mi amor puro y sincero
hizo una bella canción.
Amada mía
En mis labios reposa el dulce aroma
que suave, como plumón de paloma,
acaricia mi alma y mi corazón,
me envuelve en una encendida pasión,
y a abandonarse invita a mi razón
en juegos de cálida sensación.
Ese dulce aroma, cariño mío,
es tu amor, puro cual blanco rocío,
que a mi corazón enseñó su idioma
hecho de esperanzas y de ilusión
que sin querer subyuga mi albedrío.
Mas, cual sereno río
que tranquilo fluye en la primavera…
¡Tu alma siempre será mi compañera!
MI AUTORA INVITADA: Ana Lucas
LA MADRIGUERA
La roca más fría del invierno
dio frutos que, aún tiernos,
enriquecen mi corona.
De su jugo ando bebiendo,
es miel de castaño en mi boca.
Exprimo extasiada
esa faz de primavera.
Cavo hoyos en el campo
y me invento un hogar
para la hora de su vuelta.
Aquí está mi madriguera,
este lugar no esconde al oso
que manso en la cueva hiberna.
Aquí convivo con lo extraño,
desarmada,
y esta lumbre inapagable
a la que acudo buscando
una respiración acompasada
una chispa que me ayude
a desasir esta o aquella soga,
una vela nueva para desear que
—esta vez—
sobrevivan intactas mis rosas.
EL OLOR
Entre corolas caídas
un fino tallo desnudo.
Parece intuir una especie de olor,
un olor lento;
le recuerda a una polilla
o un colibrí.
Se espanta ante esa imagen,
deshecha,
por si encontrara una última espora
y no quisiera volver a florecer.
El brotecito se estira con disimulo
buscando cobijo bajo el abedul.
“No, agua no” piensa,
“o creceré como hiedra.”
“Sí, agua sí” dice,
“ansioso espero la primavera”.