PODREDUMBRE, POBRE MUNDO [Mi poema]
Alejandra Pizarnik [Poeta sugerido]
Alejandra Pizarnik [Poeta sugerido]
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MI POEMA …de medio pelo |
Quizás exista un día, no lo sé, Con toda mi franqueza le hablaré, Recuerda tiene mala solución, Tan lleno está de pupas y arañazos Pues duro es y resulta este trabajo Sugiero has de mandarle a hacer puñetas |
Es evidente que solamente Dios pudo hacer el mundo en siete días. Como también lo es que no cuidó los acabados. Podría haberse tomado unos días de más y dejarlo más aseadito.
Una muestra de sus poemas
MI POETA SUGERIDO: Alejandra Pizarnik
Esta noche, en este mundo
A Martha Isabel Moia
en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerta
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la re-surrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible.
Cenizas
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te…
La noche sufre.
Cuarto solo
Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.
Despedida
Mata su luz un fuego abandonado.
Sube su canto un pájaro enamorado.
Tantas criaturas ávidas en mi silencio
y esta pequeña lluvia que me acompaña.
Exilio
A Raúl Gustavo Aguirre
Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
Hija del viento
Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
Anillos de ceniza
A Cristina Campo
Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.
Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición del sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta,
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.
(Los trabajos y las noches,1965)
Origen
Hay que salvar al viento
los pájaros queman el viento
en los cabellos de la mujer solitaria
que regresa de la naturaleza
y teje tormentos
Hay que salvar al viento.
(La última inocencia,1956)
Cali, ciudad perdida
¡Quién lo hubiera creído cuando ardía
en mis manos tu llama!
Piedad Bonnett
Retazos de la infancia que se agolpan
como la brisa de las cinco
robada en los trasiegos del dinero y de la gran
ciudad,
retazos y recodos
de amores.
Calles en que se cruza la añoranza
con el puente a otras vidas
puertas que ocultan sangres bebidas hasta el cáliz
y cuerpos amurados.
Cali, ciudad soñada
deseos huidizos.
Cali-cáliz de entraña.
Cali de los encuentros y las risas
de las manos trenzadas
y de las soledades
Cali-calles de vida callejera…
Cali de los sentires y colores,
Cali de mis contradicciones,
mis amores
mis sombras.
Mis palabras
En el sombreado espacio de mi alcoba
me encontré mis palabras
largamente perdidas, añoradas,
búsqueda inútil de aguaceros tantos.
Tenían el sabor fresco
de un nombre recién hecho,
el aire de un mañana mejor,
la limpidez del agua de montaña.
Tenían la caricia
de un camino encontrado,
tenían la frescura que tiene
un nuevo amor.
La ausencia de las lunas
Cuando las lunas se ocultaron
ese fue un año malo,
la tradición lo dice.
Mi corazón se recogió
y empezó a ver el mundo
desde la luz de una ventana,
luz siempre amenazada.
Cuando las lunas se ocultaron
ese fue un año duro.
Mi corazón se halló escondido
tras de las ramas de los árboles
y las estrellas no pudieron
regalarle su luz a mis canciones.
Cuando las lunas se ocultaron
llenó la tierra una gran lluvia,
la tradición lo dice.
Muchas simientes se secaron
vinieron surcos como heridas
y no había sangre entre los ríos,
sangre que redimiera tanta muerte,
cuando la luna estuvo oculta.
Después de muchos soles
muchos vientos
descubrimos el aire de las fuentes
y en el camino se hizo luz.
Grupo Editorial Sial Pigmalión